lunes, 28 de septiembre de 2009

PESQUERÍAS GLOBALIZADAS


Expreso

Fuera de ruta

26 de septiembre de 2009

Gloria Ciria Valdéz-Gardez*


En los últimos tres años, los pobladores de las comunidades del Alto Golfo de California, El Golfo de Santa Clara y Puerto Peñasco en Sonora, y San Felipe en Baja California, han sido testigos del interés gubernamental por desarrollar programas de manejo para la conservación de especies en peligro de extinción como la vaquita (Phocoena sinus), mediante apoyos para la inversión turística dirigidos a los pescadores de la comunidad. Por ejemplo, el programa de manejo de reconversión productiva (Buy-out plan) esto es: proyectos productivos alternativos sustentables distintos a la pesca, cuyo objetivo es el intercambio de los permisos de pesca, redes y embarcaciones por financiamiento para la inversión turística y eliminar así el número de redes en el agua para salvar a la vaquita marina.


Lo anterior ha segregado a la actividad pesquera con repercusiones sociales y culturales en las poblaciones. Argumentamos que el programa de reconversión productiva es otro paso importante para completar el proceso de desmantelamiento de la actividad pesquera en las comunidades del Alto Golfo de California que entró en su máxima expresión desde los años 80´s con las políticas de ajuste estructural que llevaron a la subordinación del sector cooperativo a la industria privada, la transferencia de las facetas de producción y distribución del producto a inversionistas privados y a la reducción directa del gobierno en la producción y financiamiento de la pesca. En los 90's el proceso de desmantelamiento continuó con los cambios en el artículo 27 que alentó la privatización de la industria mexicana, la declaración de la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado que establece medidas de protección para especies en peligro de extinción y limita la actividad pesquera, y el llamado gubernamental a la inversión turística en el área con una inyección de 1 billón de dólares.


En lo que va de este milenio tenemos, adicionalmente a la zona núcleo de la reserva, la creación en el 2005 de un polígono como área de refugio para la protección de la vaquita en donde se prohíbe la pesca.


En el 2007 tuvimos la implementación del Programa de Acción Para la Conservación de la Especie: Vaquita (Phocoena sinus), (PACE-Vaquita), en el cual se inscribe el programa de reconversión productiva. Esto es percibido por los usuarios de los recursos y residentes de las comunidades, como un proceso de achicamiento de la actividad pesquera en lo material, social y simbólico.


Es por eso que el pasado 24 de septiembre se realizó el primer Seminario Pesquerías Globalizadas con la participación de académicos internacionales y nacionales. El objetivo del seminario fue aportar insumos e ideas con un enfoque multidisciplinario y multiinstitucional para un desarrollo amable en las comunidades pesqueras. El seminario pretende ser un espacio para la reflexión colectiva de esta temática y una plataforma para el análisis de las políticas de conservación y desarrollo que han restringido a la actividad pesquera ocasionando profundas repercusiones en las comunidades del Alto Golfo de California. Sean todos bienvenidos a este espacio de reflexión. Los mantendremos informados de la próxima sesión.

* Profesora-investigadora del Centro de Estudios de América del Norte de El Colegio de Sonora. Correo: gvaldez@colson.edu.mx

lunes, 21 de septiembre de 2009

PRESENTACIÓN

La globalización económica, las reformas institucionales neoliberales, y el cambio de enfoque de uno produccionista a otro conservacionista están modificando las comunidades pesqueras y las costas en México. Las áreas pesqueras son percibidas como lucrativas para el crecimiento económico en lo concerniente a políticas de privatización y a los esfuerzos por atraer capital de inversión privado para el desarrollo turístico. Lo anterior vinculado a la construcción de una identidad territorial basada en la conservación de especies en peligro de extinción que ha ocasionado cambios en la orientación económica hacia las comunidades marítimas los cuales están ligados a procesos locales políticos y globales enmarcados en intereses neoliberales.

Por ejemplo, en los últimos 3 años, los pobladores de las comunidades del Alto Golfo de California han sido testigos del interés gubernamental por desarrollar programas de manejo para la conservación de especies en peligro de extinción como la vaquita (Phocoena sinus) mediante apoyos para la inversión turística dirigidos a los pescadores de la comunidad.

De esta manera se asume acríticamente que el programa para la conservación a través de la inversión turística es la acción más viable para el desarrollo económico del área es decir "los pescadores pueden cambiar su ocupación, y las vaquitas no", ignorando con ello que los recursos naturales son parte del medio ambiente de las comunidades, de ese relato histórico de los pobladores en el cual establecen la relación que tienen con los recursos, la naturaleza y el ambiente físico. Además que se ignoran los conflictos y desigualdades que el programa brinda ante un sector pesquero heterogéneo y fragmentado.


Lo anterior ha segregado a la actividad pesquera con repercusiones sociales y culturales en las poblaciones. Estás transformaciones se han dado de manera diferenciada en las comunidades del Alto Golfo de California: San Felipe, Puerto Peñasco y El Golfo de Santa Clara Sonora.
De tal suerte que el concepto de pesquerías globalizadas (Valdéz-Gardea, 2008) surge como una necesidad de analizar las tranformaciones contemporáneas en comunidades pesqueras, y refiere a los espacios en transición, híbridos en donde se gestan entornos nuevos los cuáles se circunscriben, se apropian y compiten por los espacios, paisajes y recursos, vividos, sentidos y practicados tradicionalmente por los usuarios de los recursos: los pescadores.

El Seminario Pesquerías Globalizadas invita entonces a la reflexión colectiva, multidisciplinaria y multi institucional de esta temática. El seminario pretende ser una plataforma para el análisis de las políticas de conservación y desarrollo que han restringido a la actividad pesquera ocasionando profundas repercusiones en la organización de las comunidades del Alto Golfo de California.

SEMINARIO INTERNACIONAL PESQUERÍAS GLOBALIZADAS







jueves, 17 de septiembre de 2009

PUBLICACIÓN RECIENTE:

"SOY PESCADORA DE ALMEJAS..."
Respuestas a la marginación en el Alto Golfo de California
Gloria Ciria Valdéz-Gardea, El Colegio de Sonora, 2007.




Los sentimientos de frustración y de falta de poder de los habitantes de El Golfo de Santa Clara aumentaron durante los primeros años de la década de los 90. Debido a las políticas de ajuste estructural implementadas por el gobierno mexicano y a los cambios ecológicos, la industria camaronera del Golfo de California se colapsó. Las cooperativas fueron desmanteladas, sus barcos, vendidos o embargados y la pesca de camarón disminuyó considerablemente. Los ingresos salariales de los hogares sufrieron una caída drástica por el desempleo de los pescadores, y las familias tuvieron que idear estrategias para subsistir. Además en medio de la crisis económica, fueron informados sobre el decreto de la reserva de la biosfera, que restringía la actividad pesquera.
Las respuestas de los residentes de El Golfo de Santa Clara a la marginación involucraron formas creativas en las que miembros de la comunidad y sobre todo las mujeres, emplearon sus recursos emocionales, intelectuales y estéticos para poder prosperar en este difícil escenario.

ENDANGERED SPECIES AND PRECARIOUS LIVES IN THE UPPER GULF OF CALIFORNIA

Ficha bibliográfica:
Mcguire, T. R., & Valdéz Gardea, G. C. (1997). Endagered Species and Precarious Lives inthe Upper Gulf of California. En R. A. Hackenberg, C&A Culture & Agriculture. vol 19, Núm. 3 (págs. 101-107). Denton, Texas: Jeffrey L. Longhofer-Antropology-University of Nort Texas.




Thomas R. McGuire
Gloria Ciria Valdez-Gardea

The authors are with the Bureau of Applied Research in Anthropology and the Department of Anthropology, University of Arizona.


Setting the Scene: The Upper Gulf in June 1993

From a hilltop overlooking the community Of Puerto Peñasco, Mexican President Carlos Salinas de Gortari decreed a million-hectare biosphere reserve for the upper Gulf of California and the delta of the Colorado River. Assembled with him on the podium in June of 1993 were the governors of Sonora, Baja California, and Arizona, U.S. Secretary of the Interior Bruce Babbitt, Luis Donaldo Colosio, then head of the Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), and Dr. Ernesto Zedillo Ponce de Leon, an aide to President Salinas at the time and now his successor.

Salinas set the parameters for the reserve's management plan. Resource exploitation was to be prohibited within a nuclear zone at the mouth of the Colorado River, and offshore shrimp trawling was to be outlawed in a larger buffer zone, north of a line traversing the upper Gulf from Puerto Peñasco to San Felipe on the coast of Baja California. Within this buffer zone, too, inshore fishermen would be restricted to the use of gillnets with a mesh size of four inches or less. Salinas also called for the active pursuit of economic alternatives for the region, specifically the further development of tourism, sport fishing, and aquaculture. Such pursuits were to be underwritten by a billion dollars in regional assistance from the Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), run by the Sonoran native and heir-apparent to Salinas, Luis Donaldo Colosio.

In its conception, then, the biosphere reserve was an amalgam of resource management notions. It called for a strictly protected nuclear zone -although none of its architects specifically addressed the nascent literature on "harvest refugia" as a fisheries enhancement tool (cf. Dugan and Davis 1991a, 1991b; Carr and Reed 1991; Tegner 1991; Roberts and Polunin 1993). It presumed the need for an "integrated conservation and development program" (ICDP) to relieve pressure on endangered species and a fragile environment (cf. Brandon and Wells 1992; Chou et al. 1991; Stycos and Duarte 1995; White 1988). And, at least in the buffer zone, the plan suggested that a "sustainable" fishery could be fostered -primarily through severe restrictions on gear.

The Upper Gulf of California and Colorado River Delta Biosphere Reserve thus began as a concerted effort to arrest the deterioration of an ecosystem and to protect several endangered marine species. It is a symbol, too, of Mexico's willingness to respond to international calls for environmental consciousness. Simultaneously, though, Mexico was responding to another international agenda. The neoliberalism of the North urged -indeed, required- Mexico to undertake a multifaceted program of structural adjustment, including, in the case at hand, the privatization of the region's fisheries. The Gulf of California, thus, serves as a crucible for these two agendas, and we here take a midcourse glance at how these agendas are sorting themselves out. We examine the political environment in which the biosphere reserve was conceived and, consequently, the environmental politics accompanying the implementation process. And we assess, again in a preliminary way, since there is no closure to the process, how one small community in the upper gulf is structurally adjusting to the new economic order. These two seemingly disparate agendas are, in El Golfo de Santa Clara at the mouth of the Colorado River, very much intertwined.
Endangered Species

The Gillnet restriction proposed by Salinas and his advisors was designed to save the vaquita (Phocoena sinus), a small porpoise endemic to the upper gulf and acknowledged by the Scientific Committee of the International Whaling Commission as the most endangered cetacean in the world. As early as 1976, the preeminent Mexican biologist Bernardo Villa warned that "Through the action of the man, this species was seriously endangered" (Villa-R 1976:206). The prohibition on shrimp trawling would help in the recovery efforts bye arresting further environmental degradation and halting the incidental mortality of fish, one species of which, the totaba (Totoaba macdonaldi), is itself on the on the United States States' endangered species list and, like the vaquita, endemic to the upper gulf.
The totoaba, a croaker that grows up to 6 feet and 300 pounds, was in fact the reason for the founding of the three fishing communities in the upper gulf -San Felipe, Puerto Peñasco, and El Golfo de Santa Clara.Totoaba was exploited originally for its air bladder, exported to the Orient for use in soups. The carcasses were left to rot on the beach. However, after 1920 it became a highly prized commercial and sport fish, the most valuable resource until commercial shrimp trawling developed on a significant scale in the 1950s and 1960s. Totoaba spawns at the mouth of the Colorado River, and a sanctuary, roughly coterminous with the new biosphere reserve's nuclear zone, was established in 1955. In 1975, following drastic declines in totoaba stocks, commercial and sport fishing for the species was outlawed (Craig 1926; Chute 1928; Flanagan and Hendrickson 1976). Nevertheless, totoaba gillnetting continued until very recently and was a primary cause of incidental kills of the rare porpoise.

The vaquita was defined by Kenneth Norris and William McFarland (1958) as a species from a single skull found near San Felipe in 1950. A handful of surveys were conducted in subsequent years to determine the mammal's range and population -with few definitive results on either question. Best guesses on the range of the reclusive vaquita centered it off the coast near San Felipe, up into the delta of the Colorado: "the smallest range of any marine cetacean" (Silber 1990:344; cf. also Barlow et al. 1993; Silber et al. 1994). The population was thought to be under 500. These were sufficient flags for the bulk of the community of cetacean advocates to demand immediate and drastic protection measures, not further efforts to refine population size and range estimates.

The declaration of the biosphere reserve was a direct attempt to quiet some of the concerns of the environmental lobby.

The call for action came publicly at a special conference in San Diego, sponsored by the United Sates (UC-MEXUS) in July 1992. The vaquita meeting was coupled with a session on the tuna-dolphin problem in the eastern tropical Pacific, in which Mexico´s contention that it had greatly reduced dolphin mortalities in recent years was largely validated by U.S. scientists and government officials. The tuna-dolphin discussion was an explicit effort to air Mexico´s case to a U.S. media audience –the case against the proposed legislation in the U.S. Congress to establish a global prohibition on dolphin sets. Mexico´s position was voiced bye the vice president of the newly revitalized Cámara Nacional de la Industria Pesquera (CANAINPES), a group of private entrepreneurs in the country´s fishing industry:
With respect to the humanitarian, moral and ethical aspect, the argument in favor of a few dolphins does not recognize that it compromises the moral, ethical, and humanitarian obligation to use the globe´s resources to feed the world an economical protein while creating jobs and a better life for thousands of workers (Felipe Charat, quoted in Alvarez-Borrego 1993:11)

Similar rhetoric was offered up at the vaquita session by officials of Mexico´s Secretaría de Pesca (PESCA), to the effect that fishermen are the endangered species, not vaquitas. But this claim met with a great deal more acrimony: unlike the dolphin populations of eastern Pacific, the endemic vaquita of the upper gulf is severely endangered, even if the biologists and the assembled conservation-group representatives could not precisely estimate populations. A Mexican biologist spoke the consensus:

At least 35 vaquitas die accidentally in the fisheries each year, and unless something is done immediately, this mortality rate may exterminate the species in less than ten years. The only realistic way of ensuring the conservation of the vaquita, the totoaba, and their natural environments is the establishment of a protected zone in all of the upper Gulf (Omar Vidal, quoted in Anderson and Herrmann 1993:7)

There was a reason for airing these issues on U.S. soil, in front of the American press. The Mexican president´s decree in June 1993 was as much about NAFTA –the North American Free Trade Agreement- as it was about vaquitas and totoabas. Salinas had staked his political reputation on passage of the agreement, a cornerstone of his concerted efforts to liberalize Mexico's economy, to open up opportunities for private investment, whether domestic of foreign, to continue, in short, the "structural adjustments" Mexico had been pursuing on its own and under pressure of the international banking institution since it defaulted on its foreign debt in 1982. Throughout 1992, NAFTA was being roundly vilified by the conservation community, and its ratification in the U.S. Congress was in jeopardy. The declaration of the biosphere reserve was a direct attempt to quiet some of the concerns of the environmental lobby.

The North American Free Trade Agreement is a marker for the new economic order of trade, free flow of capital across borders, forced competitiveness and, ironic in its consequences for the biosphere reserve, of privatization of industry. While CANAINPES spoke to the San Diego audience on behalf of endangered fishermen, it was mobilizing its considerable forces in the Gulf of California on behalf of the newly privatized offshore shrimp trawler fleet, historically held by cooperatives.


Precarious Lives

In 1992, small-boat fishermen in the upper gulf began to hammer chano (Micropogonias megalops), an endemic croaker. Heretofore, chano appears not to have been exploited commercially and had received virtually no mention in the natural history of the region (cf. Walker 1960). The massive quantities of the fish gillnetted in 1992 were in response to an experimental effort by a Korean processor to supply the Asian market for surimi, the processed fish paste. While some of the fish did reach the intended market, tons were left to rot on the sandy streets of El Golfo de Santa Clara. Sufficient ice and transport were unavailable to move the product, and drivers had a penchant for going home at night, as provided for in their contracts, while chano was being landed.

The chano tale can be told several ways. In a multidisciplinary study of the "fragile ecosystem of the upper Gulf", we addressed the fishery in terms of chaos and switching. Blue shrimp (Penaeus stylirostris), the prime target of the inshore gillnet fishery and the more economically important of the two predominant shrimp in the upper gulf, collapsed in the late 1980s. Perforce, inshore fishermen looked for alternative product: totoaba for a time, and then, when a market opened up, chano. The chano market was hardly a windfall. Prices received are ten times less than those for blue shrimp, and while fishermen from El Golfo de Santa Clara landed some 700,000 kg of chano in 1992, they would have had to catch 2 million kg to replace the income lost from an average shrimp catch. Moreover, chano, with a razor-sharp spine, is destructive of nets, requiring gear replacement every season.

Conservation biology… seldom has time, or takes the time, to study ecosystems. Indeed, haste drove the debate over the fate of the Gulf of California.

We surmised that if the upper-gulf ecosystem was behaving "chaotically" (there was no way to tell, with the data at hand), then the chano fishery looked "adaptive" (cf. Wilson and Kleban 1992; Smith 1990). But with nothing whatsoever known about the population, it was risky to continue such heavy levels of exploitation.

Colleagues in our multidisciplinary study of the fragile ecosystem of the upper gulf were simultaneously collecting data on vaquita mortality, gear type, and fishing effort by the small-boat (panga) fleet based at El Golfo de Santa Clara (Vidal and D'Agrosa 1994). From January to October 1993, 12 vaquita kills were documented during 16,000 hours of fishing by El Golfo's panga fleet of about 200 boats. Gillnets with a mesh size of 10-12 cm, targeting medium-size finfish such as chano, were the primary killers -with 0.0018 vaquitas killed per hour of effort. Large-mesh totoaba nets, previously documented as the primary cause of vaquita incidental mortality (Taylor and Gerrodette 1993:491), were not blamed for any kills during the 1993 monitoring effort: enforcement levels had increased.

Vidal and D'Agrosa (1994:5) acknowledged that the economic importance of chano accounted for the very high levels of fishing effort during the 1993 season, and that chano gear had the highest ratio of incidental vaquita kills per hour of gillnetting. However, they did not draw any intermediate conclusions from these observations, e.g., that their vaquita mortality figures may represent an aberrant phenomenon, driven by a marketing experiment and an "adaptive" response by economically depressed inshore fishermen. Rather, they reiterated the call for a complete ban on gillnets as the only way to reduce or eliminate incidental mortality of the vaquita (Vidal and D'Agrosa 1994:8).

These conclusions are driven, ultimately, by a zero-mortality criterion, a value that finds support in the science of conservation biology.

Conservation biology has been defined by one of its leading practitioners as a crisis science, one that seldom has the time, or takes the time, to study ecosystems (Soulé 1985). Indeed, haste drove the debate over the fate of the Gulf of California. While more traditional biologists called for more, and more careful, study of the vaquita (cf. Fleischer and Pérez-Cortés M. 1991), conservation biologists demanded immediate action and buttressed that call with statistical analyses demonstrating that even accurate knowledge of the vaquita's population and mortality would not yield conclusions of decline: the population, whatever it was, was too small to statistically detect such a decrease (Taylor and Gerrodette 1993). Moreover, the vaquita may have hit a bottleneck, and any further removal of genetic variation would be deleterious (Rosel and Rojas-Bracho 1993). And the population, whatever it is, appeared to be below 500, a popular cut-off point for "minimum viable populations" in conservation biology (Silber 1990; cf. Simberloff 1988).

All of this tools and tenets of the crisis science were deployed in the fight to save the vaquita. Alternatives to the gillnet ban -ones we left might lead to a responsible fishery- were, in fact, rather easy to suggest. For the inshore sector, there was a clear direction to take, although it contravenes the wise advice of fisheries management in the face of chaos and stochasticity (cf. Hilborn and Sibert 1998). The direction would be to promote the small-boat shrimp fishery, where the small-mesh gear has little direct impact on the vaquita population and the product price exceeds, by an order of magnitude, that of other targeted species.

In addition, vigorous enforcement of the 20-year ban on totoaba fishing would alleviate much of the problem of incidental vaquita kills, and it would be relatively easy to enforce (cf. Vasquez Leon 1994). The fish is captured with a distinctive and species-specific gillnet, quite easy to detect in the

face-to-face communities of the upper gulf. Moreover, totoaba concentrate to spawn in relatively predictable times and places (Flanagan and Hendrickson 1976), and it was "local knowledge" (cf. Berkes and Folke 1992) of this pattern that led to the demise of the species. Again, pinpoint enforcement would be feasible.

…events would soon conspire to reshape the landscape.

It was clear, as well, that the offshore trawler fleet working the upper gulf -whose nets took a heavy toll on juvenile totoaba- needed to be reduced for its own economic reasons. Such an action, coupled with the use of turtle- and finfish-excluder devices, would at least statistically reduce bycatch. Through our own estimations of operating costs and revenues through the 1980s (cf. Vasquez Leon and McGuire 1993), we suggested a 40 percent reduction in the offshore fleet (which, during the decade, had grown to about 600 boats, operating at least part of the season in the upper gulf). We suggested as well, based on our bycatch analyses, that trawling be prohibited in waters shallower than 10 fathoms (as required by law) and over muddy/loamy bottoms which are particularly rich in marine life (Vásquez Leon, McGuire, and Aubert 1993).

The fleet in fact was being reduced drastically, as a result of a stock collapse of the late 1980s, high interest rates and bankruptcies, and soaring fuel costs (McGuire 1991; Vásquez León and McGuire 1993). What was left of the operating fleet in 1994 was owned no longer by cooperatives but by private entrepreneurs, aligned in the powerful CANAINPES -the Camara Nacional de la Industria Pesquera. There were concomitant effects on local labor -depressed wages on the boats and the blackballing of a number of former cooperative members.

The solutions that flowed from the premises of conservation biology were different. From the wisdom that "fishermen can change occupations, vaquitas can't", tourism was to be promoted, sport fishing encouraged, and aquaculture expanded. The future of the commercial fishery in the region was indeed precarious in the wake of President Salinas's declaration and the potential influence of the international cetacean lobby, but events would soon conspire to reshape the landscape.


Fortuity and Change in the Upper Gulf, 1993-1996

The Colorado River and its major tributary, the Gila, flooded in February 1993. For the first time in a decade, fresh water had a chance to flow into the Gulf of California. Folk wisdom crystallized: fishing would improve significantly, as it had appeared to do following floods in the early 1980´s. Indeed, blue shrimp catches during the 1993-1994 season increased, and the corvine golfina (Cynoscion othonopterus), a fish that had not been seen in the upper gulf for 40 years, returned in large numbers.

Despite the declaration of the biosphere reserve –which, in its original conception might well have closed down the industry – fishermen and their families who had left the region when shrimp stocks collapsed began returning to El Golfo de Santa Clara in anticipation of this increased productivity. Some obtained boats and motors through a new program directed by PRONASOL, Luis Donaldo Colosio´s agency for rural assistance –despite Colosio´s own intent to close the upper gulf to fishing.

The program replaced the existing small-boat cooperatives with "unions," with a stipulation that PRONASOL itself would be a nonworking partner in each of the unions and would share in the profits. PRONASOL also financed the purchase of gear, permitting inshore unions to buy chano and sierra gillnets though not shrimp nets, an apparent concession to the competing offshore shrimpers.

Private capital took up the slack. Investors from San Felipe, across the gulf, built a freezing plant in Santa Clara in 1994 and began supplying shrimp nets to the inshore fishermen in return for their product. The plant itself is a symbol of the new economic order: until the early 1990s, all shrimp had to be delivered to the plants operated by the Mexican parastatal, Ocean Garden. El Golfo's offshore fleet, like that of Puerto Peñasco and San Felipe, was largely privatized during the 1993-1994 season. A supermarket proprietor from San Luis Rio Colorado, on the US border, runs 6 of the 10 boats in El Golfo. He cut back on the number of fishermen working each boat -several of whom have now joined the inshore sector- and placed his "observers" on board to guarantee that none of the catch is diverted through black market channels or taken home for family consumption. In an irony of vertical integration, he is now purchasing shrimp from the inshore sector to process in his packing plant in San Luis.

The entrepreneurial fleet owner also lent his support to a proposal put before PESCA officials by CANAINPES. The request, to which PESCA officials acceded, called for extending the offshore trawling season through June of 1994. Traditionally, PESCA closes down the season in March, when gravid shrimp start appearing in significant numbers in the catch. The logic of the extension mystified and angered smallboat shrimpers, whose inshore season had closed months earlier.

PESCA´s action in response to the private offshore trawler owners was perhaps not unrelated to another fortuitous event. Luis Donaldo colosio was assassinated in Tijuana in March 1994. His influence –as the apparent heir to Salinas, as head of SEDESOL, which ran PRONASOL, as a Sonoran native, and as a primary proponent of the biosphere reserve and the cessation of shrimp trawling- ended abruptly. There was an immediate power vacuum, and Sonoran delegates to the Mexican congress, who had been reluctant to publicly oppose Colosio and Salinas, rose at a public meeting in Puerto Peñasco to assure fishermen that nothing would be imposed on them in the biosphere reserve unless they were all in accord.


It appears now that a responsible fishery may be achievable in the upper Gulf of California.

Throughout this string of events -acts of nature, acts of self-interest, acts of investment, acts of violence- the biosphere reserve's management team pursued its mandate to construct an operational plan and to solicit and win local approval. In a show of unity at one of the public forums convened by the team, inshore fishermen from El Golfo demanded a ban on offshore trawling in the biosphere reserve -as called for in Salinas's original pronouncement. Then, in a letter to the head of the new Ministry of the Environment, Natural Resources, and Fisheries, two smallboat unions made some reasonable requests:

We seek your intervention to solve our problems and obtain help.... We reject the proposal of CANAINPES from Puerto Peñasco which supports the continued trawling in the Buffer Zone of the Reserve, because they use trawl nets that catch all kinds of marine species and damage the sea floor. We also reject the open period they propose. They can fish in the open sea.

We want the Buffer Zone of the Reserve to be permanently closed to trawlers because the area is very shallow and supports many species who live and reproduce here, and supports a great quantity of marine organisms.

We want the upper Gulf of California declared solely for the use of selective commercial fishing gear which does not damage species, and that the seasonal use of these gears be defined by the fishermen of the inshore communities [los pescadores de las comunidades riberenas] (Marron Gonzalez et al. 1996:6).

To these demands, which explicitly invoke the goals of the biosphere reserve in the contest against CANAINPES, the inshore cooperatives appended a detailed plan with opening and closing dates, appropriate gillnet mesh sizes, and specific targeted species. They proposed a diversified, multispecies, multigear fishery in the area.

Nevertheless, the management plan, finalized in 1996, allows offshore trawling in the buffer zone of the reserve. Fleet size is to be limited, and trawlers will be required to carry turtle-excluder devices. In a partial concession to the inshore sector, and to the viability of the shrimp stocks, the offshore season is to be closed in mid-February.

A number of other provisions in the management plan depart significantly from the original specification of the reserve, and from the desires of the community of conservation biologists. Harvesting of clams is to be allowed on the islands and estuaries of the nuclear zone, but no other extractive activity will be permitted there. Smallboat fishing with gillnets can continue in the buffer zone, in fact, in areas from which offshore trawlers are to be excluded. Small-scale aquiculture, low-impact tourism, and modest sportfishing are encouraged, a much less enthusiastic endorsement of these "occupational alternatives" than had originally attended the reserve's creation. The plan, finally, calls for extensive efforts at environmental education, the refinement of fishing gears, and further research on the stocks, the ecosystem, and the residents of the reserve. In short, the management plan for the biosphere reserve in the upper gulf is more benign to the fishermen -inshore and offshore- than the original decree.


Conclusions

We had just come out of the field when President Salinas de Gortari, flanked by dignitaries from Mexico and the United States, delineated the biosphere reserve of the upper Gulf of California and the delta of the Colorado River. As social scientists, we were troubled by the fact that our "clients," the fishers and their families of Puerto Peñasco, San Felipe, and Santa Clara, had virtually no knowledge of what was occurring and appeared to have few prospects at that time for input into the management plan. Indeed, they seemed to be in as much danger as the vaquita and the totoaba. We frankly objected to what we perceived as a complex environmental imperialism -the marshalling of the international cetacean lobby in the service of President Salinas's free trade and neoliberal agenda.

It appears now that a responsible fishery may be achievable in the upper Gulf of California, precisely because of the complex interplay of two agendas. These are tentative conclusions: First, the political, if not economic, weight of the newly privatized offshore sector may have been largely responsible for the continuation of commercial fishing in the region. And it is quite likely, now that private entrepreneurs rather than the Mexican government will bear the brunt of overcapitalization, that the offshore fleet will be substantially reduced. Second, private owners of processing plants now have a vested interest in the viability of the inshore shrimping sector and its product and may thus thwart ongoing efforts by offshore boat owners to curtail the inshore fishery. Third, a financially lucrative and efficient inshore shrimp fishery may relieve fishing pressure on other stocks -recall the tale of chano- and facilitate enforcement of the ban on totoaba fishing and the incidental kills of the vaquita. Fourth, the pronouncements over the biosphere reserve have given local fishermen justification to seek some degree of local management, a necessary if not sufficient requisite for a responsible fishery. Finally, and this is perhaps the most speculative, the presumed benefits of structural adjustment may eventually allow fishermen to change occupations even if vaquitas can't. For now the life of El Golfo de Santa Clara remains inextricably tied to the Gulf of California.


References Cited

Alvarez-Borrego, Saúl
1993 The Tuna and Dolphin Controversy. UC MEXUS News 31:8-13.

Anderson, Daniel W., and Hans Herrmann
1993 The Endangered Vaquita or 'Little Cow.' UC MEXUS News 31:3-7.

Barlow, Jay, Luis Fleischer, Karin A. Forney, and Octavio Mara villa-Chavez
1993 An Experimental Aerial Survey for Vaquita (Phocoena sinus) in the Northern Gulf of California, Mexico. Marine Mammal Science 9:89-94.

Berkes, Fikret, and Carl Folke
1992 Systems Perspective on the Interrelations between Natural, Human-Made and Cultural Capital. Ecological Economics 5:1-8.

Brandon, Katrina Eadie, and Michael Wells
1992 Planning for People and Parks: Design Dilemmas. World Development 20:557-570.

Carr, Mark H, and Daniel C. Reed
1991 Conceptual Issues Relevant to Marine Harvest Refuges: Examples from Temperate Reef Fishes. Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences 50:2019-2028.

Chou, L.M., T.-E. Chua, H.W. Khoo, P.E. Lim, J.N. Paw, G.T. Silvestre, M.J. Valencia, A.T. White, and P.K. Wong, eds.
1991 Towards an Integrated Management of Tropical Coastal Resources. ICLARM Conference Proceedings No. 22. Manila, Philippines: International Center for Living Aquatic Resources.

Chute, George Roger
1928 The Totuava Fishery of the California Gulf. California Fish and Game 14:275-281.

Craig, J. A.
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______________________________________
Notas

[i] The 1990 Mexican census enumerated 26,141 inhabitants for Puerto Peñasco and 9,263 for San Felipe. Both of these communities have a significant tourist sector, in addition to the fisheries sector
(Anon. 1994:8). El Golfo de Santa Clara, the most heavily fisheries dependent of the communities in the upper gulf, had 1,500 residents in 1990 (McGuire and Greenberg 1993:19).

[ii] P. californieiisis, a deeper-water bottom burrower, is the target of the offshore trawlers, at least when they are fishing offshore; by law, they are precluded from trawling in waters shallower that 10
fathoms.

[iii] Responsibility for drafting the management plan for the biosphere reserve was given to the Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas of the Universidad de Sonora, Hermosillo. The draft was delivered to the Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) in November of 1994. It was then issued in final form in 1996 by the Instituto Nacional de Ecología of the Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP). Under the Zedillo administration, SEDESOL ceased to exist.

REVISITANDO LA COMUNIDAD PESQUERA TRADICIONAL: ACTORES Y PESQUERÍA EN PUERTO PEÑASCO

Ficha bibliográfica:
VALDÉZ GARDEA, G. Revisitando la comunidad pesquera tradicional: actores y pesquería en Puerto Peñasco. Topofilia. Revista de Arquitectónica, Urbanismo y Ciencias Sociales. Hermosillo: Centro de Estudios de América del Norte, El Colegio de Sonora, 1 de septiembre de 2008, vol. I, núm. 1 <http://topofilia.net/valdez.html>.



Gloria Ciria Valdéz Gardea
Profesor-investigador del Centro de Estudios de América del Norte, El Colegio de Sonora.

Las comunidades pesqueras han sido percibidas por los estudiosos como espacios donde se da una gran homogeneidad ocupacional y cultural en donde sus habitantes son considerados interlocutores significativos dentro de un proceso de consultación para el manejo de las mismas. Lo anterior perpetua una imagen romántica de la comunidad pesquera, mantiene una estabilidad y definición de la identidades de los usuarios de los recursos (pescadores) no permitiendo la irrupción de la heterogeneidad del mismo (Hale 1997, 250), y minimiza lo complejo de la comunidad pesquera actual.

El análisis invita a revisitar teórica y etnográficamente el lugar que ocupa en la actualidad la llamada comunidad pesquera
tradicional a la luz de las transformaciones económicas que visualizan el carácter híbrido de las pesquerías, con una variedad de actores sociales que interactúan en el marco del desarrollo turístico, el crecimiento urbano, y el carácter fronterizo del área.

Podemos avanzar que el concepto de comunidad pesquera resulta insuficiente para analizar lo que acontece en las áreas pesqueras del Alto Golfo de California. Por lo anterior Breton (2001, 385) prefiere hablar de comunidad pesquera "virtual" o "funcional" más que de una comunidad "real" o "territorial"; Alcalá (1999, 132) propone la noción de "región litoral" para identificar el espacio de referencia propio de los habitantes de las comunidades, y McGoodwin (2001, 35) nos recuerda que las pesquerías no son regiones acuáticas con recursos vivos, ni regiones donde ciertos métodos de pesca son utilizados, sino que son la articulación de ecosistemas naturales marinos con actividades humanas.

En el caso de Puerto Peñasco se presume que estas articulaciones han sido agresivas desplazando espacial y simbólicamente a la actividad pesquera y sus actores. Ante ello es necesario conocer ¿cómo percibe el pescador estas articulaciones?, ¿cómo percibe su identidad antes estos cambios, se sienten pescadores?, ¿se perciben integrantes de una comunidad pesquera?, ¿cuál es el valor que le dan a su espacio?, ¿cómo lo diferencian de los otros?

De esta manera, este trabajo basa su estructura en las narraciones a través del tiempo de los pescadores para explicar y definir el pasado y presente de Puerto Peñasco y los distintos significados que le dan al lugar y al rol que ocupa el desarrollo turístico en la comunidad. Las narraciones sobre estos impactos dependen del posicionamiento histórico y contextual de cada actor en el área; las narraciones son poderosas fuentes para rescatar lo que Méndez Sáinz llama "imaginario colectivo" el cual puede proveer elementos históricos a través de la anécdota o la toponimia. De allí que en este trabajo se citen además de las entrevistas, fragmentos de textos periodísticos, y notas de campo. La idea es tratar de ver a Puerto Peñasco no como una organización formal o cerrada, sino procurar entenderla como multi-organizacional (Czarniawska 2002, 4) un espacio resultante de la pugna discursiva y de la interpretación y materialización física del pasado y del presente, en donde se realizan actividades e interacciones sociales por actores, individuos y grupos que provienen de diversas trayectorias e historiales reunidos en un solo punto geográfico temporal (Gaggiotti 2006, 33).

Lo anterior rebasa la noción de "homogeneidad ocupacional y cultural" en una comunidad pesquera, y acentúa la complejidad de ésta especialmente en comunidades como Puerto Peñasco en donde la presencia del turismo genera una gran diversidad económica en un contexto fronterizo complejo y polisémico.

Las principales técnicas de trabajo de campo utilizadas son la observación y la entrevista complementadas ambas con el análisis narrativo documental especialmente de la prensa escrita. La elección de estas técnicas obedecen a la intención de mantener las voces locales y mostrar esa "yuxtaposición, ese mosaico de sentido que se crea en la práctica y en la acción" (Giaggotti 2006, 56) en Puerto Peñasco entre lo escrito, lo hablado y lo que se dice recordar que se decía en el pasado a partir de testimonios en el presente, con perspectivas hacia el futuro.


Estructura del trabajo

En el elenco narrativo se incorpora un breve repaso de la importancia histórica de la industria pesquera en Puerto Peñasco. Los dilemas políticos y económicos que ha representado para el gobierno mexicano el desarrollo de las pesquerías; las políticas implementadas por éste en los años noventas con momentos importantes como los cambios en el artículo 27 de la Constitución, la declaración de la Reserva de la Biosfera y Delta del Río Colorado que hablan del cambio de enfoque hacia el sector pesquero de uno productivista a un enfoque conservacionista (McGuire and Valdéz-Gardea 1997; Breton 2001; Valdéz-Gardea 2007). Implicito en este enfoque iba un discurso sobre la explotación irracional de los recursos de parte del pescador por lo que era necesario revitalizar el área a través del desarrollo turístico ante una industria pesquera que ya no daba para más. Además, factores asociados con problemas ecológicos como "red ties", o fenómenos como "el niño", y el aumento del esfuerzo pesquero (pangas y barcos camaroneros) trajo en conjunto las bajas en la producción pesquera, el desmantelamiento del cooperativismo, y por consiguiente la crisis en el sector pesquero.

Las respuestas a la situación no se hicieron esperar, en los últimos años el gobierno mexicano ha alimentado el desarrollo turístico en la comunidad a través de la inversión de megaproyectos que han desplazado a los pescadores de espacios que habían sido ocupados tradicionalmente para realizar su actividad y a los residentes de espacios de recreación y esparcimiento, la playa, ahora cerrados para el acceso público. Adicionalmente, en su último intento de desmantelar el sector pesquero y transformar a la comunidad en una turística en donde la pesca sea parte del escenario "folk", el gobierno Mexicano está comprando los permisos de camarón y promoviendo actividades turísticas con dotes de motocross o barcos de pesca deportiva con el acuerdo de que el pescador deje de pescar. Lo anterior crea un escenario en donde Puerto Peñasco representa la complejidad y el carácter híbrido del final de la transición socio-cultural y económica de una comunidad pesquera.

Los principales cambios que los pescadores consideran han influido en su situación actual están relacionados con la perdida de territorio pesquero, crisis ecológica de los recursos, aumento del esfuerzo pesquero, descapitalización de la industria, y el encrudecimiento en la orientación de las políticas de desarrollo económico para la localidad encaminadas al desarrollo turístico.

En ese contexto, y por cuestiones de tiempo abordaré hoy sólo una de las preguntas base de este trabajo, aquella relacionada con las percepciones de los pescadores ante los cambios originados por el desarrollo turístico.


Procesos de cambio en las poblaciones litorales e impactos del turismo

Uno de los impactos más notorios en la población de Puerto peñasco a sido su crecimiento demográfico, tanto de población flotante como estable. El turismo y la construcción, elementos indisociables en muchos contextos, han constituido el motor de estos procesos de cambio, que han incidido en múltiples niveles. Por ejemplo, ello ha conducido a una creciente presión sobre los recursos naturales, especialmente el agua, pero también la costa y los recursos marinos. La mano de obra previamente vinculada al sector de la pesca es atraída por estas nuevas actividades contribuyendo al decaimiento de la actividad pesquera.

El medio ambiente de los espacios litorales, se han ido alterando progresivamente. Las construcciones en la costa transforman con rapidez algunos ecosistemas importantes para la reproducción de las especies de interés para los pescadores, cito:

"el ruido de los yates, del equipo acuático motorizado y la contaminación afecta las manchas, ya no atracan en los lugares de antes, el producto ya no desova, se aleja por tanto ruidajo que hay y nosotros tenemos que irnos más lejos, nosotros hemos sido afectados no tenemos lugar para entrar porque es para el turismo, desde nuestras playas que eran nuestras nos corren, ni parkear podemos en la "bajada", el turismo se está posesionando de los muelles. Lo que se conserva es porque ya no se puede mover como el cerro de la ballena, cerro la choya, otro es el cerro prieto y esos hasta hoy, no los han podido mover.


Pesca e identidad

El nacimiento de la comunidad tiene su origen en la pesca. Por lo que no es difícil entender la importancia de la identidad pesquera en la narrativas de los residentes como resultado del uso y ocupación de una región durante generaciones. Para algunos de ellos el desarrollo turístico lo que hace es "borrar" esa identidad al desaparecer o no tener acceso a espacios tradicionales por parte de los pescadores a los cuales se les ha impreso significados a lo largo de la fundación de la comunidad.

Las narrativas de los actores articulan un discurso que lleva el mensaje de: "el pescador ya fue, la costa y el litoral se han transformado en el escenario de y para el turista, el verdadero hacedor de la ciudad actual".

Al respecto don Jesus, expescador de 73 años de edad originario de Sonoyta, Sonora comentó:

"-para nosotros no hay futuro porque a nosotros nos queda muy poquito de vida, la gente que tenemos entre 60 y 70 años aquí en Peñasco ya nos queda muy poco y pensar en el futuro ya eso sería más porque nosotros siempre hemos sido pescadores, y nos sentimos y queremos al mar y a los pescados como familia de nosotros… lo que pasa en este caso ya están queriendo desaparecer la pesca y para nosotros "cuál futuro?" no podemos aprender inglés, no podemos aprender a cocinar y trabajar en un restaurante que es de lo que se trata, no podemos ser un guía de turista por lo mismo porque no sabemos el inglés, entonces para nosotros el futuro es incierto… antes era muy fácil, éramos amigos todos, porque nos conocíamos íbamos al muelle y alguien nos regalaba un pescado y ahora vas al muelle y no conoces a nadie, entonces para los que tenemos edades de 60 y 70 años ya esas cosas como que se acabaron."

"no hay pescadores… ya Puerto Peñasco ya no va ser puerto para pescar, en pesca deportiva sí es el caso, ya a Peñasco lo están convirtiendo en un puerto turístico…de Peñasco ya se borro lo histórico, ahora como estamos en una era nueva, lo que había ya se borro desapareció, entonces queda en la historia… hay muchas cosas nuevas que no hay en la historia pasada. Se borraron los desembarcos que habían en aquel tiempo y llenaron de tierra, ahí vivía una parte del pueblo, en esa área de los mariscos, había una bajada, había un esterito ahí estaba un muelle donde se desembarcaba, entraba el tren a ese muelle entonces con el tiempo se quemo con todo y las embarcaciones que estaban ahí. Como le digo, en esa parte estaba un pueblito ahorita en la actualidad con los desarrollos están desapareciendo esteros, canales, todas esas cosas… lo realmente histórico de Puerto Peñasco se está borrando completamente".


Estos nuevos usos del espacio no sólo afectan al medioambiente sino que han impuesto nuevos usos del territorio marginando progresivamente a la pesca. La playa por ejemplo se convierte en paseo marítimo y la avenida sobre la playa se transforma en sucesión de restaurantes-bares y changarros de venta de mariscos y souvenirs. Estos espacios utilizados tradicionalmente por la población local son ahora ocupados por foráneos. Generando un proceso de desplazamiento que poco a poco los distancia del mar, cuya observación continua siempre había sido uno de los rasgos básicos de su estilo de vida.

En sus narrativas los pescadores hacen referencia a su relación con los espacios en donde tradicionalmente efectuaban su trabajo, vivían sus momentos de ocio, descanso, y juego y los contrastan con la relación que tienen en la actualidad.

Don Miguel, capitán de un barco camaronero de 44 años comenta: "el desarrollo turístico ha beneficiado sólo a gente de dinero, se han adueñado de las playas, todos los territorios eran pesqueros, las tierras se vendieron sin tomar en cuenta al pueblo. En días festivos los taxistas no nos levantan, en los restaurantes el servicio es pésimo para nosotros, puro malinchismo no nos atienden bien, el mirador está cerrado, se adueñaron no hay entrada antes eran nuestras playas, no había ni una casa, ni nada, te podías parkear y ahora Dios guarde! A palazos te sacan, En la Choya se mete uno a la playa y no te dejan los policías tienen sus medidas, todo está privatizado, todo está mal ah! pero hábleles en inglés y verá que rápido la atienden. El puerto se levantó por el sector pesquero, el turismo se alimenta del sector pesquero. Porque uno no puede parkearse?, vaya usted a ver que no hay accesos a la playa, está pasando lo mismo que en Kino Viejo, el progreso sigue a las orillas y el pueblo sin progreso. El desarrollo para las orillas el pueblo, solo y viejo."

A través de las narrativas de los pescadores podemos conocer el crecimiento y transformación de la industria del turismo en la comunidad. Sin duda en los últimos años las opciones de diversificación de actividades han ido apuntando cada vez con mayor intensidad al binomio servicios-construcción, muchos pescadores han transitado de la pesca hacia otras actividades vinculadas al turismo y la construcción. Sin embargo, enfocar el análisis del turismo a partir del impacto que los desarrollos de megaproyectos trae a la comunidad limita el análisis de éste colocándolo sólo como un "producto" de/en un momento histórico dado (llámese éste globalización). Lo anterior encartona al turismo como categoría de análisis y nubla la presencia histórica de éste en la comunidad así como las transformaciones que ha tenido las cuales contribuyen a la construcción de percepciones diferenciadas sobre el turismo y los turistas por parte de los residentes y el percibido impacto. Si tomamos en cuenta la definición de turismo por Denis and Fainstein, (1999, 89) donde el turismo es la actividad demarcada por la interacción de los visitantes con la industria del turismo, las interacciones de los pobladores de Puerto Peñasco con el turismo no es exclusiva al "boom" de megaproyectos sino que estas interacciones han transitado en la comunidad a través del tiempo provocando la creación de diferentes imágenes en su relación con la comunidad, el espacio, y los recursos naturales.

Por ejemplo, pescadores narraron sus experiencias cuando niños trabajando en actividades relacionadas con el turismo. Lo anterior es interesante ya que, aún cuando existe cierto consenso de que el "boom" turístico inició a mediados de los años noventas, el turismo siempre ha estado presente en Puerto Peñasco. Historias de turistas llegando a la comunidad por tren con sus pequeños botes de pesca deportiva y su equipo pesquero son comunes.

En "la bajada", conversamos con Don Jesús, pescador de 55 años de edad originario de Caborca. Don Jesús se encontraba sentado en una silla recargada en un pequeño barco para pesca deportiva.

"…cuando yo llegué a Puerto Peñasco tenía como once años de edad, era una época bastante sufrida, casi no había nada, no había agua, luz, todo tenían que traer de afuera de cómo 50 kilómetros de aquí traían el agua en las pipas, nosotros le echábamos a los tambos para tener agua porque no había nada. Yo recuerdo que íbamos a la escuela y como nosotros éramos de escasos recursos teníamos que trabajar para el sostenimiento de la familia. Yo me dedicaba al turismo cuando estaba chamaco y todo el tiempo me he dedicado a esto. Recuerdo que el turista llegaba a pescar ahí a la punta del muelle, algunos traían sus lanchitas y nosotros nos acercábamos y les limpiábamos el pescado y nos daban dos dólares…nosotros le decíamos en aquel entonces que había "mucho piojo" en el pueblo, era cuando todo escaseaba aquí, le llamábamos "muerto peñasco" cuando paraban los barcos de pescar camarón y totoaba, se ponía muy feo por eso le pusimos el "piojo" porque no había movimiento de nada…nosotros de chamacos nos dedicábamos al turismo."

Las narrativas de los pescadores pueden mostrar cierta armonía y tensión entre el desarrollo turístico y la identidad pesquera. Ello nos dice que los momentos críticos no tienen que marcar ni definir toda la experiencia del actor. La frustración ante la falta de poder para incidir en los cambios en su entorno tampoco tiene que ser permanente pues los sujetos gozan de identidades múltiples que cambian a lo largo del curso de la vida conformado por diferentes etapas, necesidades y proyectos:

"pues hará unos 10 años yo creo para acá, nomás estaba el hotelito ese, no era hotel como es ahora (señalando al hotel Villa del mar). Tiene muchos beneficios el desarrollo porque trae trabajo, trae servicios, por ejemplo nosotros no teníamos luz, no teníamos agua los puros ricos tenían su plantita de luz y nosotros no, no éramos ricos, no teníamos planta de luz y ahora con este avance que está habiendo tenemos luz, ahora somos ricos (el ambiente se animó con una sonora carcajada) ja, ja, ja, ja. Tenemos todo en esta vida."


Reflexiones finales

El desarrollo turístico ha impactado diferencialmente a los pobladores de Puerto Peñasco más aún, las percepciones de estos impactos en la vida social, cultural y económica de los residentes son diversas; sin embargo, ubicar el análisis de la crisis en las pesquerías como resultado del desarrollo turístico de los últimos años es negar el contexto socio-político que ha contribuido históricamente para su desmantelamiento. Por lo que resulta importante por una parte, posicionar el análisis de la crisis pesquera en Puerto Peñasco como multifacética producto de la transición hacia un nuevo modelo económico (estado benefactor-modernización-globalización), y por la otra analizar al turismo en base a su relación histórica, dinámica y diferenciada con la ciudad, la región y las fuerzas globales que impulsan su desarrollo además de conocer la opinión de los actores, en este caso la de los usuarios de los recursos (pescadores) y como sus voces articulan una crítica social y política ante estos procesos.


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AUGE, CRISIS Y PERSPECTIVAS DE PUERTO PEÑASCO COMO DESTINO TURÍSTICO INTERNACIONAL

Ficha bibliográfica:
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http://topofilia.net/bracamontes.html>.



Álvaro Bracamonte Sierra
Profesor-investigador del Centro de Estudios de América del Norte, El Colegio de Sonora. Correo electrónico: abraca@colson.edu.mx. Tel. (662) 2595300, Fax: (662) 212-5021.


Silvia Elena Meza Martínez

Estudiante de Maestría en Economía en El Colegio de México. Correo electrónico: silviaelenameza@hotmail.com.


Rosana Méndez Barrón

Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales en El Colegio de Sonora. Correo electrónico: rbarron@posgrado.colson.edu.mx.




Introducción

El ascenso de Puerto Peñasco como destino turístico ha quedado estancado debido, entre otros factores, al crack hipotecario que se registra actualmente en Estados Unidos. Pero también, previamente, el boom de la industria inmobiliaria en ese país fue decisivo en el auge del balneario. Este artículo busca establecer la correlación entre la expansión y declinación inmobiliaria estadounidense y sus repercusiones en la construcción y venta de condominios en el puerto sonorense. Primero se presenta una caracterización del súbito auge económico de Puerto Peñasco, mediante el análisis de su dinámica poblacional y los cambios registrados en la estructura productiva local. En seguida se revisa la influencia de las inversiones procedentes de E.U., enfatizando el impacto de la crisis hipotecaria estadounidense sobre los desarrollos turísticos. Finalmente se discuten las perspectivas del balneario a partir de dos escenarios: el primero está conformado por la rápida superación de la crisis inmobiliaria en Norteamérica y el segundo se ordena a partir del supuesto de que el desplome se prolonga indefinidamente.



Desarrollo regional, auge económico y turismo

El desarrollo de las regiones depende de muchos factores que normalmente escapan del control de las autoridades locales. En el caso particular del estado de Sonora, los cambios que registra la estructura productiva de la entidad confirman la influencia que ejercen las condiciones externas. Recientemente se advierte una incipiente reorganización productiva orientada hacia los servicios especializados, la innovación y el conocimiento. En este proceso están surgiendo "nuevos polos de desarrollo" subnacionales y subregionales. Un rasgo de esta reestructuración es la preponderancia de actividades ligadas a los servicios profesionales y personales, sobre todo los que tienen que ver con el aprovechamiento del medio físico y de la naturaleza. Estas actividades rescatan al mismo tiempo la esencia del "desarrollo regional actual": el interés por regresar al territorio, a la región. En este sentido se busca impulsar el crecimiento económico desde adentro, aprovechando los recursos disponibles y sus potencialidades, ya sean éstos de índole natural, la disponibilidad de capital humano, la riqueza cultural, entre otros.[1]

El turismo es una actividad que cumple con estos elementos y recientemente está jugando un papel central en el desempeño de la economía estatal. Los servicios turísticos generan un importante dinámica en la economía, no sólo a través de los ingresos por hospedaje, alimentación y servicios, sino por los fuertes vínculos que se establecen con el resto de los sectores productivos, tales como el comercio y la construcción, propiciándose un efecto multiplicador que coadyuva a un mayor crecimiento y desarrollo económico.[2] El estado de Sonora goza de una amplia diversidad de espacios susceptibles de explotación turística: la costa, la sierra, los valles y el desierto. Cada uno de ellos ofrece una variedad de posibilidades de recreación y esparcimiento que los convierte en opciones viables para el uso comercial tal como queda confirmado con el notable crecimiento del turismo en Puerto Peñasco.

La expansión de los servicios turísticos en Puerto Peñasco generó amplias expectativas para la economía local y la oportunidad de consolidar un proyecto de crecimiento económico sostenible en el largo plazo; no obstante, la orientación de los servicios se ha dirigido a cubrir la demanda del turismo extranjero, específicamente de estadounidenses retirados, haciéndolos vulnerables a los cambios de la economía de E.U.A; esta fragilidad limita la las posibilidades de expansión de esta industria constituyendo un serio obstáculo para el desarrollo económico regional. La idea de este artículo es señalar que estos procesos de desarrollo inducido pese a que generan un crecimiento importante no articulan un proceso de desarrollo autosostenible debido esencialmente a que las fuerzas motoras se localizan fuera del entorno local.


Puerto Peñasco: auge económico y desarrollo del sector turístico.

Puerto Punta Peñasco, traducción original del nombre en inglés con el que antiguamente se le conoció, es actualmente un centro estratégico para el desarrollo económico de Sonora. Desde luego no siempre fue así. Los primeros asentamientos humanos se ubican en los años 20's cuando se instalan pequeñas comunidades de pescadores dedicados a la pesca de la totoaba.[3] En 1940 la localidad quedó totalmente comunicada con el resto del territorio sonorense una vez concluido el ferrocarril Sonora-Baja California.

Puerto Peñasco está enclavado en el noroeste del estado de Sonora, colinda al norte con Estados Unidos y el municipio Gral. Plutarco Elías Calles; al noroeste con San Luís Río Colorado; al sureste con Caborca; su límite al sur es el Golfo de California. Cuenta con una superficie de 5,663 km2 siendo sus principales localidades Puerto Peñasco (cabecera municipal), La Cholla, Las Conchas, y los ejidos Nayarit, Los Norteños, J.F. Kennedy, López Collado y el Pinacate; sus 110 kilómetros de litoral son un recurso valioso para la explotación pesquera y la promoción del turístico.

En las últimas décadas el progreso económico de Puerto Peñasco ha dependido del dinamismo de las inversiones ligadas al aprovechamiento de la belleza natural de sus playas y demás atributos naturales que lo han convertido en punto de reunión para vacacionistas de origen nacional y extranjero.



I. El florecimiento turístico: los datos

El súbito desarrollo turístico de Puerto Peñasco queda registrado en un conjunto de indicadores socioeconómicos. De acuerdo al Censo General de Población y Vivienda de 1980 (INEGI) la población ascendió a 26 mil 755 habitantes.[4]
En el Censo de 1990 se registraron 26,625, es decir, en esa década se produjo un descenso demográfico (-0.05 por ciento). Sin embargo desde 1995 se advierte un rápido crecimiento económico sustentado en el desarrollo de Peñasco como destino turístico. Con base en ese dinamismo el número de habitantes del puerto se eleva a 27,169 en 1995 y a 31,157 personas en el 2000 lo que significa que la población creció a una tasa de 2.8 por ciento en promedio anual durante esa década. Como se dijo es en esos años cuando empiezan a anunciarse interesantes proyectos de inversión destacando la construcción del Hotel Plaza las Glorias en 1994.



Gráfica 1. Crecimiento Poblacional de Puerto Peñasco, Población 1980-2005

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Fuente: elaboración propia con base en cifras de INEGI.



En el último Conteo de Población y Vivienda INEGI (2005) Puerto Peñasco registra una población de 44,875 habitantes (Gráfica núm. 1), lo que significa que entre 2000 y 2005 la población de la comunidad creció a un ritmo de 7.6 por ciento en promedio anual cifra muy por encima de la tendencia histórica y sensiblemente superior a la tasa de crecimiento alcanzada por el estado en este mismo período (1.4 por ciento).

No es difícil imaginar que el crecimiento demográfico está estrechamente asociado al acelerado dinamismo económico que experimenta en ese tiempo Puerto Peñasco especialmente en el turismo y en otras actividades complementarias como son el comercio y los servicios: a finales de los 90's, dichas actividades explicaban cerca de 85 por ciento de las unidades económicas y 70 por ciento de la población ocupada (INEGI, 1999). Estas condiciones se mantienen considerando que en el 2005 Puerto Peñasco generó el 38 por ciento de la derrama turística en el estado (Cuadro núm. 1).[5]

Pese a que la industria manufacturera y particularmente la pesca siguen operando es indudable que la columna vertebral de la economía de Peñasco descansa en el turismo mismo que ha experimentado un notable florecimiento con la edificación de numerosos condominios y hoteles y consecuentemente la prosperidad que se nota en el sector de la construcción y en las actividades ligadas al desarrollo de la industria turística.

La evolución de la construcción resulta un dato ilustrativo pues es el sector de mayor crecimiento: en 1999 concentraba tan solo al 1.86 por ciento de la población ocupada, mientras que en el 2003 se elevó a 4.5 por ciento (Cuadro núm. 1). Como es de suponerse este variación se debe sustancialmente a las considerables inversiones en el sector residencial turístico donde destacan los proyectos habitacionales como Sandy Beach Resorts, Costa Diamante, Sonora Sea, Bella Sirena, Las Palmas, entre otros proyectos, mismos que se encaminan a la consolidación de este puerto como zona turística internacional.



Cuadro 1. Cambio en la estructura económica en Puerto Peñasco, 1998-2003 [2.jpg]

Fuente: Elaboración propia con datos de los Censos Económicos 1999 y 2004, INEGI.



La afluencia turística ha crecido sistemáticamente: desde 1998 el crecimiento anual de visitantes se incrementó a una tasa del 8.7 por ciento en promedio anual. La proporción de visitantes según su procedencia ha permanecido en el rango del 20 por ciento nacional y 80 por ciento extranjero; de estos el 95 por ciento son del estado de Arizona.[6]

En el 2006 visitaron Puerto Peñasco poco más de 2 millones 170 mil personas (alrededor de un tercio del total registrado en Sonora); la derrama económica representó el 38 por ciento del estatal, que ascendió a 16 mil 800 millones de pesos (Cuadro núm. 2). Esta contribución la realiza el Puerto Peñasco contando con tan sólo el 10 por ciento del hospedaje, 21 por ciento de las habitaciones y el 11 por ciento de los restaurantes, centros nocturnos y bares del Estado.[7]



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Fuente: Comisión de Fomento al Turismo, Gob. del Estado de Sonora.



En relación al crecimiento de la oferta turística, de 1997 al 2006 se han construido 15 nuevos centros de hospedaje (la mitad de ellos se desarrollaron entre 1998 y 1999), lo que representa una ampliación de la oferta habitacional de casi 300 por ciento. [8] Los establecimientos de alimentos y bebidas prácticamente se duplicaron: de 55 restaurantes, bares y centros nocturnos certificados en 1997, actualmente se cuenta con 99.


Cuadro 3. Oferta turística del Estado de Sonora y Puerto Peñasco, 2006
(Participación porcentual)

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De acuerdo a datos oficiales (INEGI-Gobierno del Estado de Sonora), recientemente la ocupación hotelera en Puerto Peñasco alcanzó sus niveles históricos, año 2000, ubicándose durante 2006 en un promedio de 53 por ciento de ocupación, dato relevante si se toma en cuenta el sensible crecimiento de la oferta de habitaciones (Cuadro núm. 4).


Cuadro 4. Promedio de ocupación hotelera en Puerto Peñasco, 1997-2006

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Fuente: Anuario estadístico de Sonora, 2006. INEGI.




II. La inversión en el sector turismo: proyectos de desarrollo turístico e inmobiliario

En 1994 inicia la construcción de uno de los desarrollos turísticos de mayor relevancia en la historia de Puerto Peñasco, considerado así por el monto de la inversión y sobre todo, por que se convirtió en el factor detonante del futuro desarrollo turístico local. El Grupo Situr[9] inicia con la construcción de un complejo residencial que incluye condominios y villas, tiempos compartidos, la construcción de una plaza comercial, una marina y el famoso Hotel Plaza las Glorias. Estos primeros condominios y villas residenciales fueron adquiridos casi exclusivamente por estadounidenses provenientes de Arizona a un precio que oscilaban entre 100 y 300 mil dólares.

Otro de los proyectos importantes promovido por el mismo corporativo es Sandy Beach localizado en Marina Peñasco, que surge como un proyecto join venture con un inversionista privado. La construcción de este desarrollo turístico fue frenada por la devaluación de 1995 y la crisis del Grupo Situr lo obligó a desligarse del proyecto. No obstante, años después fue recuperado el proyecto seccionando varias áreas y vendiéndolas a particulares.

En 1999 surge el proyecto La Princesa de Peñasco, como la primera serie de condominios en Sandy Beach, con precios promedios de 120 mil dólares. Posteriormente, en el 2000 se inaugura Sonoran Spa cuyos condominios se cotizaron en 150 mil dólares. Al mismo tiempo que recobraba impulso Sandy Beach surgen Las Palmas y Bella Sirena que consisten en villas y condominios de más de 700 mil dólares. En el 2002, Sonoran Sea abre sus puertas y casi al primer día coloca el 25 por ciento de sus 200 condominios cotizados entre 200 y 300 mil dólares. Casi simultáneamente se inauguran los desarrollos de Sonoran Sun, Sonoran Sky y Puerta Privada con condominios de lujo comercializados en 450 mil dólares.

En enero del 2003 el Grupo Mayan Resort, inaugura Mayan Palace Puerto Peñasco que a juicio de los inversionistas, en poco tiempo será uno de los desarrollos turísticos más importantes del noreste de México.


Sandy Beach lanza, el 2005 el proyecto de construcción de condominios Esmeralda, con construcciones de lujo a precios que ascendía a 500 mil dólares. De igual forma inició un proyecto join venture con Grupo Questro para continuar Sandy Beach y construir cerca de 900 nuevos condominios, un hotel y un nuevo campo de golf. De 1998 a 2007 Sandy Beach Resorts ha edificado alrededor de 1,500 unidades habitacionales posicionándolo como uno de los desarrolladores más importantes de la región en particular por que se han convertido en los detonadores del "boom" inmobiliario de Peñasco.



Cuadro 5. Principales desarrollos inmobiliarios en Puerto Peñasco

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Fuente: Secretaría de Infraestructura Urbana y Ecología, Dirección General de Planeación Territorial.


El acelerado crecimiento de Puerto Peñasco no sólo es perceptible a través del análisis de cifras o indicadores económicos sino que puede observarse fácilmente en la transformación de su paisaje. Es evidente que en pocos años se constituyó en una importante zona turística, con pintorescas edificaciones que contrastan con las antiguas playas de hace 10 años (Figura núm. 1).



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Figura 1. Fotografía del Puerto de Puerto Peñasco, Sonora. 1998-2006. Fuente: Baja Traveler, 2007-2008 Collectors' Edition.


En cuanto a infraestructura de la región, uno de los proyectos más ambiciosos es la construcción de la carretera costera, cuyo tramo Golfo de Santa Clara-Puerto Peñasco ya tiene un importante grado de avance.[10] El propósito es conectar los puertos de Santa Clara (San Luis Río Colorado) y Guaymas, de forma tal que comunicando todo el litoral del Golfo de California se promueva el turismo, nacional y estadounidense, y se impulse el desarrollo de toda el área.[11] De esta forma, los habitantes de Arizona y California tendrán nuevos incentivos para invertir o visitar la zona.

Cifras del gobierno del estado de Sonora estiman que la inversión entre el 2006 y 2007 para el desarrollo de Puerto Peñasco ascendió a poco mas de 3 mil 950 millones de pesos en infraestructura carretera, aeroportuaria, desarrollos turísticos, de salud, entre otros; el 50 por ciento aproximadamente del recurso fue aportado por la federación y el estado; el resto por la iniciativa privada.[12] Asimismo, de acuerdo a datos del 4to. Informe de Gobierno de Eduardo Bours (2003-2009), algunas aerolíneas nacionales (entre ellas Aeroméxico) han iniciado operaciones con destino a Puerto Peñasco ofreciendo en los próximos meses los vuelos Hermosillo-Puerto Peñasco, Puerto Peñasco -Los Ángeles y Hermosillo-Puerto Peñasco-Las Vegas, 3 días por semana.

Por otra parte el vertiginoso desarrollo de Puerto Peñasco como destino turístico, documentado arriba, se explica debido al boom inmobiliario experimentado en Estados Unidos después del año 2001. Pero la devastadora crisis que actualmente registra está afectando brutalmente el negocio turístico no sólo en Puerto Peñasco sino al conjunto de nuevos polos de desarrollo derivados del acelerado crecimiento de ese sector en EU.



III. El sector turístico inmobiliario de Puerto Peñasco y el mercado estadounidense de segundas residencias

El súbito desarrollo inmobiliario de San Carlos-Nuevo Guaymas y particularmente de Puerto Peñasco en Sonora y de la mayoría de los nuevos polos turísticos de México se dio al amparo de la demanda de las llamadas "segundas residencias" por parte de estadounidenses. En el caso de Sonora de residentes de Arizona; asimismo con la inversión en desarrollo de mejores vías de transporte y comunicación.




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Figura 2. Localización de las principales ciudades con desarrollo inmobiliario.



Puerto Peñasco es considerado un caso de éxito por su rápido crecimiento y dinamismo económico, ya que en menos de 10 años ha logrado captar el creciente mercado de jubilados estadounidenses, que se calcula entre 2 y 3 mil retirados que llegan cada año a México con inversiones promedio de 300 mil dólares por residencia (CONCANACO, 2007) de carlos e sector en EU. urgiernon en medio todo el pa. s. .


El hecho de que Puerto Peñasco este fuertemente orientado hacia el mercado estadounidense señala su dependencia con la dinámica económica de Estados Unidos. En ese sentido, es evidente la fuerte relación entre el desarrollo de proyectos inmobiliarios en Puerto Peñasco y el periodo de auge económico sustentado en el boom inmobiliario registrado en Estados Unidos durante 2001-2006, según puede constatarse en la figura 3.[13]


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Figura 3. Permisos y precios de construcción.



Este boom inmobiliario se originó en la flexibilización crediticia especialmente de los créditos hipotecarios que explica el surgimiento de una demanda por el mercado de segundas residencias, muchas de ellas adquiridas en zonas turísticas de México. El Padrón Nacional de Proyectos de Inversión Privada (SECTUR) señala, que el auge inmobiliario del sector turístico comienza a manifestarse desde el año 2002 con un crecimiento del 12 por ciento y un crecimiento promedio anual del 20 por ciento hacia 2006, dato que respalda la reciprocidad del sector turístico y la economía estadounidense.

No obstante, la desaceleración de la economía estadounidense a causa de la crisis del mercado hipotecario iniciado en 2006 ha propiciado la disminución del flujo de visitantes a la zona turística del puerto y desacelerado el ritmo de inversiones privadas, particularmente las dirigidas a proyectos de desarrollo inmobiliario en el sector turístico.



a) Recesión económica en Estados Unidos

El crack del mercado hipotecario en Estados Unidos 2006 ha contribuido a generar un ambiente de incertidumbre y pánico entre los principales mercados de valores; según estudios recientes de la Reserva Federal de Estados Unidos, la crisis se inició con la imposibilidad de los deudores hipotecarios de solventar sus pagos, debido primeramente a un aumento del tipo de interés y en segundo término como resultado de la disminución del valor de los activos inmobiliarios.

Tras el clímax del boom dot-com[14], la explosión de la burbuja punto-com inició con una moderada recesión en los Estados Unidos que se propagaría a otros ámbitos de la economía mundial. Este periodo se caracterizó por un aumento en la tasa de desempleo y la caída del salario real de los trabajadores. El economista de Yale Robert Shiller, ha señalado que el crack en el mercado de valores de las empresas dot-com se debió en gran medida al retiro de fondos del mercado de capitales para invertir en bienes raíces, ya que para el año 2001 se vislumbraba el surgimiento de otro boom económico esta vez en el sector inmobiliario

Justo en este periodo y en un lapso de recesión (2001-2003) el gobierno de los Estados Unidos instrumentó políticas que incentivaron a la población a dinamizar la economía estadounidense a través del gasto de consumo.[15] El boom del sector inmobiliario otorgó posibilidad de acceder a refinanciamientos y se crearon instrumentos crediticios que facilitaban la adopción de hipotecas sobre el nuevo valor de la propiedad con el fin de reutilizar estos fondos como impulso al gasto de los consumidores, como son los denominados subprime, instrumentos financieros de alto riesgo otorgadas a aquellos solicitantes que no califican a créditos tradicionales debido a un mal historial crediticio o la imposibilidad de comprobar sus ingresos para garantizar el pago del préstamo solicitado.[16]

El housing bubble o boom del mercado inmobiliario inició a finales de 2001 en los principales centros urbanos, ciudades de gran población como California, New York, Florida y el mercado del Suroeste de los Estados Unidos. Se originó principalmente por las bajas tasas de interés (establecidas como estrategia para compensar el colapso del dot-com bubble), menores y más flexibles requerimientos para obtener financiamiento y el auge en la compra de bienes raíces. El housing bubble está caracterizado por el rápido incremento de valor de los bienes raíces, como la vivienda, al sobrepasar niveles sostenibles por los ingresos de sus propietarios, altos precios a tasas de alquiler, y otros indicadores económicos que apuntan a una revaloración de este mercado.

Desafortunadamente, este tipo de boom goza de un horizonte temporal limitado y susceptible a las correcciones del mercado. Hacia mediados de 2005, el precio de las bienes raíces comienza a descender, lo que deja a muchos deudores, aquéllos beneficiados con cómodos financiamientos, con hipotecas superiores al valor real de sus propiedades. Para agosto de 2007, el índice de viviendas en construcción en los Estados Unidos cayó hasta un 20 por ciento comparado con el mismo periodo del año anterior (Gráfica 1 y 2).



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Gráfica 2. Índice de precio de unidades de vivienda (1996=100). Fuente: Elaboración propia con datos del US Census Bureau.




Gráfica 3. Hipoteca a interés ajustable (ARM's), 2004-2007Fuente: Elaboración propia con datos del US Census Bureau.



De la misma forma, la tasa de interés ajustable, la cual se había mantenido a la alza desde inicios de 2004, comienza a describir una tendencia negativa correspondiente al poder de pago de los deudores hipotecarios (Gráfica 3). Es decir, ante la falta de financiamiento a través de las bienes raíces para los bonos subprime, su precio comienza a caer teniendo que elevar las tasas de rendimiento con el fin de compensar el desequilibrio financiero. Este ajuste, combinado con la descapitalización de los deudores hipotecarios frenó la demanda interna de la economía estadounidense y propició la quiebra de numerosas compañías dedicadas a otorgar créditos hipotecarios.

El panorama en este momento de la economía estadounidense se encuentra colapsado; datos recientes del mercado inmobiliario demuestran la gravedad del bache. El valor de las hipotecas subprime se estimó en el 2007 en 600 billones de dólares con cerca de 1.3 trillones de dólares aún en trámite. Más de 320 mil hipotecas se iniciaron en cada uno de los dos primeros trimestres de 2006, la mayoría de las cuales estaban relacionadas con este tipo de préstamos, versus la media de 225,000 de los pasados seis años. Los préstamos subprime han pasado de representar el 5% del mercado en el 2001, al 10 por ciento en el 2005 y a ser el 20 por ciento en el 2006.[17] De acuerdo con cifras de The Wall Street Journal (noviembre, 2007), 80% de la deuda de los consumidores estadounidenses corresponde a créditos hipotecarios.



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Grafica 4. Evolución del crédito hipotecario en EUA, 1990-2007. Fuente: Servicio de Estudios Económicos, BBVA Bancomer.



La Asociación de Banca Hipotecaria de los Estados Unidos (MBA, por sus siglas en inglés) registró su tasa de morosidad más alta de los últimos años: en marzo del 2006, estaba en 14 por ciento y para octubre del 2007 aproximadamente un 16 por ciento de las hipotecas se encontraban en proceso de ejecución hipotecaria, lo que representa el triple de la tasa registrada en el 2005 y el doble del 2006. Un estudio realizado por el Center for Responsible Lending en los Estados Unidos estima que cerca de 2.2 billones de familias que adquirieron hipotecas suprime perderán sus viviendas en los próximos años lo que representa más de 164 billones de dólares en pérdidas.[18]



Figura 2. Tasa de ejecuciones hipotecarias por estados en la Unión Americana.

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Figura 2. Tasa de ejecuciones hipotecarias por estados en la Unión Americana. Fuente: www.realtytrac.com/blog/photos/foreclosurepulse_photos/images/4867/original.aspx



El panorama internacional se muestra igualmente desequilibrado y se han implementado acciones de prevención en las principales economías mundiales con el fin de evitar un posible contagio de la crisis hipotecaria. A días de anunciarse la posible recesión, los bancos centrales de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Canadá, Suiza y Australia inyectaron más de 300 mil millones de dólares a sus sistemas financieros, a fin de darles liquidez, tranquilizar a los mercados y evitar una fuga masiva de inversiones. Solamente los Estados Unidos han puesto a disposición de las entidades financieras 24 mil millones de dólares. Este evento ha sido comparado con las acciones de gobierno realizadas tras los atentados del 11S, el "lunes negro" de 1986 con la caída histórica de la bolsa de valores de Wall Street y mas remotamente en la gran depresión de 1929.

A inicios del 2008 inmersos ya en una evidente recesión económica, el gobierno del presidente G.W. Bush ha optado por un plan de reactivación de la economía estadounidense, basado en la reducción impositiva a los ciudadanos e incentivos a la inversión en el sector empresarial. El monto total del plan oscila entre los 140 y 150 mil millones de dólares según informes del Departamento del Tesoro de ese país. Estos esfuerzos están dirigidos a corregir la depresión de la demanda ocasionada por el excesivo endeudamiento de la sociedad, no obstante, existen efectos colaterales que no pueden corregirse en el corto plazo desde la regulación interna de un país, como es el caso de los arrastres negativos que la recesión en E.U.A ha tenido en economías de otras regiones del mundo.



IV. Impactos regionales: estancamiento del desarrollo inmobiliario en Puerto Peñasco

El impacto de la recesión económica de Estados Unidos ha desalentado el pujante desarrollo inmobiliario y turístico de Puerto Peñasco. La caída de la renta de los ciudadanos estadounidenses resultado de la recesión ha repercutido en el flujo de inversiones hacia ese destino turístico. Por lo tanto, la demanda proyectada para el desarrollo turístico residencial en el puerto se encuentra estancada. De 1991 a la fecha, la Secretaría de Infraestructura Urbana y Ecología del estado de Sonora registró 41 proyectos de desarrollos turísticos e inmobiliarios para Puerto Peñasco. Estimaciones del sector empresarial señalan que las ventas de condominios durante 2007 se redujeron en un 70 por ciento de las ventas.[19] Asimismo, no se prevé el inicio de proyectos importantes para 2008 y más del 50 por ciento de los proyectos de desarrollo inmobiliario que ya se encontraban programados se encuentran detenidos, debido principalmente a especulaciones negativas por parte de los inversionistas.



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Cuadro 6. Afluencia turística por procedencia a Puerto Peñasco /*



Otro indicador importante lo encontramos en el crecimiento del personal ocupado en la industria de la construcción, ya que es un sector estrechamente vinculado al desarrollo de proyectos inmobiliarios. Como podemos observar en la gráfica siguiente, después de un período relativamente estable y de crecimiento, durante el primer trimestre del 2007 se genera la primera disminución importante. Aún que presenta un repunte de actividad para el final de ese año, es evidente que hacia el 2008 el ritmo de crecimiento de ha detenido, incluso, está en el nivel más bajo comparado con ese mismo periodo en 2005 y 2006.



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Gráfica 5. Personal Ocupado en la industria de la construcción en Sonora.



En relación a este punto, podemos observar que el empleo en Puerto Peñasco ha disminuido en el 2007 tras un periodo de crecimiento constante. Es evidente la relación que existe entre este dato y la caída de la industria de la construcción en el estado pues el crecimiento acelerado iniciado años antes en el puerto estuvo propiciado casi en su totalidad por el desarrollo y construcción de nuevos desarrollos turísticos que representaban una fuerte inversión.






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*/ Datos a diciembre
Fuente: IMSS, Delegación Estatal Sonora.

Cuadro 7. Evolución del Empleo en Puerto Peñasco /*




Desarrollo de Puerto Peñasco: Perspectivas.

El Mar de Cortés sigue considerado como uno de los polos regionales de mayor dinamismo en el estado de Sonora, esto a pesar del desplome reciente. En un ejercicio de Focus Group realizado con representantes de diferentes dependencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, centros académicos y del sector empresarial,[20] se detectaron algunas claves para el desarrollo de Puerto Peñasco.



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Cuadro 8. Resultados obtenidos del análisis FODA.



Existen expectativas favorables en relación con el impacto de la recesión estadounidense en la dinámica económica del puerto. Se considera que el impacto recesivo es sólo un bache que no frenará el crecimiento de Puerto Peñasco. Estas apreciaciones la basan en la confianza de que a final de año se incremente el flujo de turistas al puerto, provenientes de nuevas ciudades de Estados Unidos y el resto del mundo; la apertura a nuevos mercados y la diversificación del sector turístico hacia el aprovechamiento de los recursos naturales de la región a través de nuevas formas de ecoturismo.

Otro factor que alienta ese optimismo son los mensajes por parte del gobierno de Estados Unidos que sugieren una rápida recuperación de la crisis financiera. En declaraciones recientes de la Reserva Federal se señala que la actual crisis de crédito llegará a su fin cuando el sobreendeudamiento de inventarios de nuevas residencias construidas llegue a ser liquidado y la deflactación de precios en este sector llegue a su fin.[21]



Gráfico 7. Dinámica poblacional de los baby boomers

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Gráfico 7. Dinámica poblacional de los baby boomers. Fuente: Servicio de Estudios Económicos, BBVA Bancomer, 2007.



Asimismo, el efecto denominado de los baby boomers[22] surge como una enorme oportunidad de crecimiento del mercado turístico residencial. El tamaño de este mercado, según datos de la consultoría internacional Ernst & Young, es de 77 millones de estadounidenses que dentro de los próximos 20 años alcanzarán la edad de jubilación (Gráfico núm. 7)



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Cuadro 9. Preferencias Inmobiliarias de los baby boomers. Fuente: Servicio de Estudios Económicos, BBVA Bancomer, 2007.



En la misma temática, algunos estudios sobre el sector inmobiliario mexicano señala que al menos el 5% de la población de los baby boomers está interesada en invertir en el sector inmobiliario en México, en el mercado de primeras y segundas residencias, ya que el 90% de los jubilados estadounidenses que emigran son captados por México, lo que demuestra el gran impacto de esta coyuntura para el mercado residencial turístico mexicano (Cuadro 9)[23].

Según FONATUR, la venta de casas, villas y condominios de descanso en México corresponde a mil 500 millones de dólares anuales y entre las zonas de mayor oferta se encuentra Puerto Peñasco, el cual cuenta con aproximadamente 40 proyectos de desarrollo inmobiliario. Se espera que para el 2025 las 5 mil 500 unidades residenciales de hoy se conviertan en 40 mil, que sin embargo sólo representarían el 1 por ciento de la capacidad de mercado potencial estimado para ese año.

Podemos observar que las estimaciones y proyecciones económicas para el mercado residencial turístico en el Estado son altamente promisorias; estudios recientes no le otorgan mayor importancia a los problemas económicos sobre este sector, el cual se basa inminentemente en factores de crecimiento y estabilidad del poder adquisitivo de los turistas extranjeros. Por esto es importante considerar el impacto de la recesión económica estadounidense y una posible sobreoferta del sector inmobiliario en zonas turísticas.

Que si bien, el efecto positivo de los baby boomers resulta bastante alentador, sería necesario realizar estimaciones que ahonden en el desarrollo de la crisis hipotecaria en los estados unidos y cómo la crisis de liquidez que se ha desatado en consecuencia de los desajustes en el mercado inmobiliario, podría ocasionar la salida de inversionistas extranjeros del mercado regional o bien, la imposibilidad de vaciar el mercado residencial turístico en Puerto Peñasco, generando un problema de sobresaturación de este sector y colapso de los proyectos de desarrollo inmobiliario.




Bibliografía

Gobierno del Estado de Sonora. 2004. Programa de Desarrollo de la Industria Turística 2004-2009. Hermosillo.



-----. 2006. Tercer Informe de Gobierno del Estado de Sonora. Hermosillo.


-----. 2007. Cuarto Informe de Gobierno del Estado de Sonora. Hermosillo.

INEGI.1999. Censo Económico 1999. México: INEGI.

-----. 2004. Censo Económico 2004. México: INEGI.

----- 2005. II Conteo de Población y Vivienda 2005. México: INEGI.

-----. 2006. Anuario Estadístico del Estado de Sonora 2006. Hermosillo: INEGI.

Revista Contralínea. Enero 2003.

Traveler Publication. Revista Baja Traveler 2007-2008. Collectors' Edition. México

www.bancomer.com

www.census.gov

www.sonoraturismo.gob.mx



[1] Para la Organización Mundial del Turismo (OMT), la industria sin chimeneas es la única oportunidad de desarrollo sostenible para los países en vías de desarrollo sobre todo aquellos afectados por el ascenso de los precios de los alimentos. Desde 2000 las naciones en desarrollo encabezan el crecimiento turístico internacional, al lograr 40 por ciento de la cuita de mercado. Según la OMT, entre 2000 y 2007 las llegadas de turistas internacionales a los países en desarrollo se incrementaron 54 por ciento, al alcanzar los 360 millones.

[2] A la fecha han surgido varias opciones en materia de turismo, entre ellas destaca el ecoturismo, el turismo rural y una nueva tendencia conocida como geoturismo. Todas estas modalidades se centran en la apreciación y disfrute de lugares llenos de riquezas naturales, así como con la vinculación con las culturas y prácticas propias de los territorios.

[3] La totoaba macdonaldi es un pez marino de la familia scianidae, endémico del Golfo de California y se encuentra listado como especie en peligro de extinción (NOM-059-ECOL-2001).

[4] No se cuenta con información que muestre las características de la economía municipal; sin embargo parece lógica suponer que la pesca era la principal actividad a propósito de la abundancia de recursos marinos y de que las principales localidades en realidad son pequeñas comunidades integradas por pescadores.

[5] Esta aportación estuvo por encima de la generada por la capital, ya que Hermosillo aportó el 35 por ciento de la derrama turística (Programa de desarrollo de la Industria turística, 2004-2009. Gobierno del Estado de Sonora).

[6] Le importante afluencia de turistas provenientes de Arizona puede explicarse si consideramos que la distancia de entre este estado y Puerto Peñasco es de apenas 3 horas y media por carretera.

[7] Analizando la información contenida en este cuadro, puede observarse una disminución de la afluencia turística entre los años 2001 y 2002, relacionada claramente con el periodo de recesión económica estadounidense, proporcionándonos una visión clara sobre los efectos de la economía de América del Norte sobre el desarrollo del puerto.

[8] En el año de 1997 sólo se contaban como centros turísticos importantes en el estado de Sonora a Hermosillo, Guaymas y Nogales, por lo que no existen datos disponibles para Puerto Peñasco.

[9] El Grupo Situr a cargo de los hermanos Jorge, Guillermo y José Martínez Güitrón, surge en el negocio de desarrollo y operación de proyectos turísticos, administración de hoteles, construcción y venta de complejos residenciales, entre otros giros relacionados. Varios de sus desarrollos turísticos se localizan en áreas como Los Cabos, Puerto Vallarta, Mazatlán, Ixtapa y San Carlos (Revista Contralínea, enero 2003).

[10] En 2006, la primera etapa reportaba un avance global del 50 por ciento.

[11] La amenaza terrorista suscitada en E.U.A en 2001genero un clima propicio para la expansión turística de la zona, pues surgió una desconfianza generalizada hacia el desplazamiento aéreo y consolidó las rutas terrestres como vías de desplazamiento preferenciales para los estadounidenses, y siendo Puerto Peñasco la playa una de las playas de más cercanía a la frontera capto gran parte de los turistas.

[12] Uno de los consorcios turísticos que participó en este proyecto es el Grupo Mayan, el cual invirtió tanto en la construcción del Aeropuerto y en la construcción de la carretera Sonoyta-Puerto Peñasco en el tramo de acceso al aeropuerto.

[13] Este Boom Inmobiliario se caracterizó por una revaluación del real state estadounidense, proporcionando además herramientas de financiamiento con estándares de otorgamiento más laxos que permitieron el endeudamiento de miles de ciudadanos norteamericanos, que al ver aumentado el valor de sus viviendas, decidieron financiar su consumo a través de hipotecas.

[14] El dot-com boom se desarrolla entre 1995 y el 2001. Durante este periodo, las bolsas de valores de los países occidentales vieron incrementado el valor de los activos relacionados con el gran crecimiento del sector de la informática, especialmente el Internet. El rápido crecimiento de sus precios en el mercado de valores, así como la enorme especulación por parte de inversionistas particulares, generaron un ambiente muy favorable para el progreso de compañías basadas en la Web y su cómodo posicionamiento en el mercado.

[15] A principios de 2001 la recesión económica se vio agravada por los ataques terroristas del 11 de septiembre. Ante esto, se les pidió a los estadounidenses revertir el declive económico con una frase acuñada a Bill Clinton: "get out and shop".

[16] El bajo estándar de requerimientos crediticios y sus fatídicas consecuencias para el Mercado hipotecario hoy en día, ha llevado a emplear el término de predatory lending para este tipo de contratos.

[17] "How severe is subprime mess?" http://www.msnbc.msn.com/id/17584725.

[18] Actualmente se estima que este monto de pérdidas hipotecarias alcanzará los 200-300 billones de dólares (The Economist, "The credit crunch", diciembre 2007).

[19]
Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios y Turísticos en Peñasco.

[20] Este diagnóstico se deriva de un grupo de enfoque (focus group) realizado con algunos representantes de la sociedad de Puerto Peñasco. Este ejercicio se replicó en otros centros turísticos del Estado y forma parte de un estudio para analizar los impactos de las grandes obras de infraestructura en comunidades con potencial turístico. De las apreciaciones de este diverso grupo de participantes se formuló un análisis de tipo FOD, mismo que se expone en el texto.

[21] El tiempo estimado para este proceso de estabilización no puede calcularse fácilmente y las grandes pérdidas suscitadas en la economía global son evidentes, sin embargo, en palabras de Alan Greenspan: "…. pero después de un período prolongado de ajuste, la economía estadounidense, y la economía mundial en general, será capaz de volver a los negocios." (The Wall Street Journal, febrero 2008).

[22] Es la población nacida durante la posguerra entre los años de 1946 y 1964, actualmente representan uno de tres estadounidenses y se convertirá en el grupo de población de mayor crecimiento en las próximas dos décadas.

[23] Si consideramos que el monto de inversión promedio en bienes raíces del sector turismo es de 300 mil dólares, en 20 años la inversión potencial de los baby boomers ascendería a 1.155 billones de dólares, casi del doble de la inversión privada en turismo que se estima en México en la actualidad que es de aproximadamente 3 mil millones de dólares anuales (BBVA Bancomer, 2007).